Hay dos clases de usuarios con los televisores, aquellos que solo se memorizan cuál es el botón de encendido y cómo ubicar su canal o aplicación favorita y ya, no hay más interacción con ellos, y los que los usan hasta para hacer videollamadas. El problema es cuando estos últimos instalan el televisor pegado a la pared.

Una de las razones fundamentales es la de evitar su daño, ya que al estar empotrado a la pared, va a recibir todas las vibraciones que se producen en la casa, cuando se tiran las puertas, cuando haces algún trabajo, e inclusive la vibración que se produce en las paredes cuando hay truenos y tormentas, ya que al estar la tv encendida estas vibraciones podrían causar daño en las soldaduras, o en los conectores y causar fallas intermitentes o permanentes.

Otro problema común es que al estar empotrados en la pared es más fácil que algunos insectos como arañas tengan acceso al equipo y pueda crear daños internos.

La ventilación del equipo también es importante y muchas veces al estar estos empotrados en la pared, tienen muy poca ventilación lo que produce su recalentamiento y daño.

Debido a que cada vez es más común tener espacios más cerrados, más pequeños, en la modernidad la decoración de interiores sugiere tener el televisor pegado a la pared, como si fuese un cuadro más. Y sí, de esa forma se logra espacio, se puede caminar libremente por la estrechez de las habitaciones pequeñas y hasta se ahorra la adquisición de un mueble extra para el televisor. Sin duda que esa es la parte positiva, pero al tener el televisor en la pared, prácticamente hay que despedirse de su panel de conexiones. 

A aquellos usuarios que tienen poca o nula interacción con los televisores, no les incomoda, para ellos sigue siendo una escena perfecta. Pero para los segundos sí es un dolor de cabeza y más cuando están montados sobre un soporte fijo.

Al poner el televisor en un soporte fijo se ignora por completo que las conexiones tienen cables cuyas puntas tienen que ir en el panel y que muchas veces se tienen que doblar porque el mismo peso del televisor las termina empujando contra la pared. Así le sucede a muchos que instalan televisión por cable, un decodificador de TDT o una caja de televisión externa. Sin mencionar que tienen que poner a hacer equilibrio a estos dispositivos, ya sea en la parte superior del cuerpo del televisor o aprisionados entre el televisor y la pared.

Y ni hablar cuando les quieren conectar dongles, sticks, consolas, reproductores, teatros en casa, parlantes, etcétera… Con el panel oculto, y los puertos laterales ya con el cupo lleno, no queda de otra que inventarse la forma de lograr dichas conexiones contra la pared. 

En el mercado ya hay unos soportes en forma de repisas que se ponen en la parte superior para ubicar precisamente la caja de televisión por cable o el módem, que son los dispositivos más comunes que acompañan a un televisor, sin embargo, son soluciones que aún dejan oculto el panel de conexiones.

Hay otros soportes que son los extensibles, que parecen un brazo metálico. Si bien no son los mejores en cuanto estética para la decoración, sí son prácticos para el segundo grupo de usuarios, porque libera el panel de conexiones y así la posibilidad de conectar toda clase de dispositivos. Algo que queda claro es que a este grupo no le importa mucho el ‘reguero’ de cables colgando por la pared.

En todo caso, si usted tiene la opción de elegir en dónde quiere su televisor, primero piense qué tanto va a estar interactuando con el panel de conexiones, si entra dentro del primer grupo de usuarios, o dentro del segundo. Si es de los segundos, considere incluso que una base y no colgando en la pared puede ser la mejor de las posibilidades. Hasta queda mejor para la vista, porque la pantalla queda al horizonte y no arriba inclinado, donde siempre hay que torcer la cabeza. Piénselo, quizás desista de esa idea del soporte fijo de pared.