A pesar de que en la crítica de Fotogramas a ‘Pretty Woman’ fuimos excesivamente duros: «no es más que una enésima revisitación del tema de «La cenicienta», con la preceptiva puesta al día. Su contenido es mínimo, y procede de material de derribo, pero está manufacturado con evidente habilidad», el tiempo nos ha puesto en nuestro sitio y ha aupado la película dirigida por Garry Marshall que puedes ver en Disney+.

Poco después de recordar la película con motivo del Goya Internacional que Richard Gere recibió de manos de Antonio Banderas — quien dijo de Richard Gere que «la gente no le valora tanto por ser guapo, si fuese feo se le valoraría de otro modo» —, hablar en la actualidad de ‘Pretty Woman’ es hacerlo de una de las mejores películas de los años 90 que, seguro, has visto tantas veces que te sabes de memoria (puedes probar tu habilidad descubriendo si conoces estos 20 datos de ‘Pretty Woman’). Por si acaso, recordemos brevemente que ‘Pretty Woman’ nos presentaba a un apuesto y rico hombre de negocios que contrata a una prostituta durante un viaje a Los Angeles. Tras pasar con ella la primera noche, le ofrece dinero para que pase con él toda la semana y le acompañe a diversos actos sociales.

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Sin duda, una de las principales virtudes de la película es la explosiva química entre Julia Roberts y Richard Gere, un tema de conversación que siempre ha acompañado a la película y es que, de hecho, una escena icónica de ‘Pretty Woman’ fue improvisada gracias a la química entre ambos, como ha reconocido el propio Gere. Aunque esta buena relación entre ambos actores no impidió uno de los errores más graves e incomprensibles de la historia del cine, visible si paras ‘Pretty Woman’ en el minuto 32.

Hace algunos años, Gere y Roberts compartieron plató con el añorado director Garry Marshall para recordar ese instante en el que se conocieron. Como reconoce Roberts: «Gary me llevó a conocer a Richard. Me llevó allí y dijo: ‘Richard, Julia. Julia, Richard. Nos vemos luego’, y se fue». Gere continúa esta historia que recuerda perfectamente: «Pero yo estaba tan hipnotizado que no recuerdo a Gary. Solo recuerdo a la chica».

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Un divertido Marshall admitiría: «Cuando conoces a estrellas, si tienes algo de experiencia, te enseñan que debes ir al baño mientras ellos hablan. Salí y vi a los dos mirándose, y en ese momento pensé: «Mira esa química. No se conocen». Algo que secunda el propio Gere con un revelador: «Y sí, nos quisimos de inmediato, así que fue algo bonito».

Continúa Gere: «Pero, para ser honesto, todavía no sabía si iba a hacer esta película. Ella estaba al otro lado de mi escritorio. No nos conocíamos. Había coqueteo, sonrisas, todo fluía. Entonces, Gary me llama y pregunta algo como «¿Cómo va todo?». Y yo digo ‘Bien…’ Ella de pronto coge un papel y escribe algo en él. Luego lo gira, me lo desliza y puedo leer: «Por favor, di que sí», recuerda un sonriente Gere. «Fue tan dulce. Y yo simplemente dije ‘sí'». El resultado de ese encuentro único fue el de una de las mejores comedias románticas de la historia del cine, como diría Vivian Ward (Julia Roberts) antes de sumergirse en la bañera: «¡Es la leche!»

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