En el certamen de Miss Venezuela 1988 en el Teatro Municipal de Caracas hubo una modelo que lo tenía todo para ganar el concurso. Pero le tocó un premio mejor.
María Elizabeth Maronesse de Figueroa tenía 19 años, estudiaba segundo año de Derecho en la Universidad Central de Venezuela (UCV), y aspiraba al título como representante del estado Portuguesa. No obtuvo el título de reina de belleza, pero se llevó a casa la banda de Miss Fotogenia y Miss Latina.
Sin embargo, entre desfile y desfile, la joven atrajo la mirada de uno de los artistas invitados para amenizar la velada, Elmer Figueroa Arce, conocido internacionalmente como Chayanne (54). El cantante puertorriqueño ya era una estrella en ciernes, estaba soltero y su corazón latía más rápido de lo normal. Marilisa (54), como la conocen los íntimos, le había causado una fuerte impresión.
Durante cuatro años estuvieron saliendo discretamente. La apretada agenda del artista no dejaba muchos huecos libres para vivir la vida loca, pero cada vez que se encontraban la mecha prendía con más fuerza. Se casaron en 1992, pero la pareja no hizo público el enlace hasta cinco años más tarde. Ella ya era abogada y él ya había conseguido ser el primer latino en protagonizar un anuncio de Pepsi en Estados Unidos y de triunfar con Tiempo de vals o Volver a nacer.
Afincados en Miami, no tardaron en tener hijos. El primogénito, Lorenzo Valentino (25) nació en agosto de 1997 y tres años más tarde Isadora Sofía (21). El joven siempre ha sido un estudiante brillante y hace dos años se licenció en Finanzas en la Florida International University College of Business. Compite con su padre en cuanto a atractivo y abdominales a tenor de lo que se puede ver en sus perfiles de Instagram.
La joven ya ha empezado sus pinitos en la moda y la música, ya que forma parte del grupo Café con leche, y a través de sus redes sociales explota la belleza heredada de su madre con gran simpatía.
Tras sus éxitos rotundos con Torero y Salomé, el cantante tiene muy claro cómo ha llegado a construir una carrera tan sólida: «La familia ha sido siempre el motor de mi vida. A Marilisa no la cambio por ninguna», ha confesado en alguna ocasión.
El secreto de sus 30 años de matrimonio radica en una buena comunicación para evitar malentendidos, ayudarse mutuamente cuando surgen problemas y educar con amor a sus hijos. A pesar de que Marilisa ha dicho que es una mujer celosa, esto no ha supuesto un contratiempo en la relación con el artista, que siempre ha mantenido la fidelidad.
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