
Tras ganar Argentina el Mundial de Qatar muchos han caído en el amuleto que llevaba Leo Messi en las fotos de la celebración. Algunos explican que es un hilo rojo que llevaba en su pie izquierdo. Pero, ¿de qué se trata? ¿realmente funciona? ¿de dónde ha salido?

Expertos en el tema explican que hay una historia muy grande detrás que se remonta al Mundial de Rusia de 2016. Y es que tras empatar con Islandia en el primer partido con un penalti fallado por Messi, un reportero argentino le regaló de parte de su madre al futbolista esta cinta roja. Messi la aceptó y, tras ganar a Nigeria en el tercer partido de ese Mundial, el futbolista confesó al mismo reportero que la llevaba puesta en el tobillo. Tras este éxito de la pulsera roja, el reportero compró 10 metros de hilo para repartido con toda la selección argentina como se puede ver en las fotos de la celebración, donde la mayoría de sus futbolistas lo llevan en la muñeca o el tobillo.

ORIGEN DE LA TRADICIÓN DE LAS PULSERAS ROJAS
Según la tradición Kabbalah o Cábala, que viene de las raíces judías en tiempos remotos, le dieron a este cordón un significado poderoso. De hecho, en la antigüedad no era una pulsera roja, sino una cinta de lana roja, que se ponía exclusivamente en la mano izquierda.
Este trozo de lana, habitualmente se dejaba sobre la tumba de algún Rabino importante, por un período de tiempo. Su objetivo principal, en la Kabbalah, es evitar cargarse de energías negativas, pues toda energía se carga u obtiene a través de la mano izquierda.
Entre las energías negativas, está el denominado «mal de ojo», que consiste en las energías de baja vibración que se captan del medio ambiente o del entorno, y de las personas (envidias, celos, ira, etc.) y que ingresan al cuerpo a través de la mano izquierda. De esta forma, la cinta roja, atrapa estas energías y no las deja ingresar al cuerpo. En la tradición Kabbalista, esta cinta, cuando se corta, se arroja a una corriente de agua y se reemplaza por otra, ya que cumplió su función y debe reemplazarse.
Desde hace más de 4000 años aún esta creencia de protección sigue viva y muchas personas acuden a ella con esperanza. Su ritual se sigue implementado como en épocas pasadas, donde se pone a los bebés de cabeza y se lo toma por los pies para hacerles el debido proceso de iniciación al tener su pulsera kabbalah.

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