
anto los gatos como los perros se han convertido en las mascotas más habituales y populares en hogares de todo el mundo. Son dos tipos de animales completamente diferentes, y aunque se crea que su convivencia es imposible, lo cierto es que son capaces de congeniar muy bien. Se trata de dos animales domésticos que se adaptan muy bien a los ritmos de la familia o habitantes en el hogar, llegando incluso a adoptar algunas de sus costumbres, como la alimentación. Muchos perros y gatos comen lo mismo que sus dueños, desde platos cocinados, hasta fruta o snacks.
Se trata de un aspecto que hay que cuidar minuciosamente. Algunos alimentos pueden ser buenos para ellos, pero otros no. Los animales tienen otras funciones intestinales que las nuestras y no todo lo que es normal que comamos nosotros es también normal para ellos. Por ejemplo, ¿pueden los gatos y los perros comer pan sin tener problemas de salud?
¿Tu perro o gato te mira a menudo cuando estás sentado a la mesa? Nuestros compañeros de cuatro patas son muy buenos convenciéndonos de que acabemos con sus vidas. Al final les damos un pequeño trozo de pan mientras ladran o maúllan. ¡Pero estos alimentos no siempre son buenos para ellos! ¿Es este el caso del pan?
Las pequeñas cantidades de pan no son malas para los perros y los gatos. De hecho, este alimento está compuesto por carbohidratos y fibra que son compatibles con su dieta. Lo importante es respetar las dosis pequeñas, porque en cantidades grandes y continuas el pan da incluso molestias gastrointestinales muy dolorosas.
El gato es más fuerte que el perro en este aspecto, también puede comer pasta y arroz. Sin embargo, es mejor si son productos integrales, que son más digeribles. Sin embargo, también para el gato se aplica la regla de las pequeñas cantidades y, a veces, no siempre. Sólo así un poco de pan no les hará daño. El perro también puede beneficiarse de ella para la higiene dental.
¿Qué pasa si se lo comen?
Alimentar a los perros y gatos con mucho pan no es bueno. Hay sustancias en él que no son buenas para sus intestinos a largo plazo. Pueden provocar obesidad, pero también calambres abdominales, flatulencia, diarrea y vómitos. Por lo tanto, unos pocos trozos poco frecuentes están bien, pero ten cuidado de no excederte. Las consecuencias también pueden ser graves y pueden producirse reacciones alérgicas.
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