Retire los espejos de la pared durante una tormenta eléctrica por esta razón

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   Si un objeto que contiene metal, como un espejo, no está conectado eléctricamente a la tierra, no está probado que atraiga el rayo; pero si se da el caso de caer el rayo sobre dicho objeto o muy cerca de él, el objeto metálico aumenta la conductibilidad y la potencia de la descarga, y el rayo será más potente que si ese objeto no estuviese allí.

   Se ha investigado mucho este tema. Ya el mismo Benjamín Franklin, inventor del pararrayos, dijo que no hay que permanecer cerca de un espejo durante una tempestad, pues hay varios casos documentados de rayos que han caído en casas en las cuales se encontró el espejo de una de las habitaciones quemado y con pedazos o esquirlas del vidrio del mismo incrustados en las paredes del aposento. Si una persona estuviese en ese momento en la habitación, habría sufrido serias heridas por los pedazos de vidrio lanzados en todas direcciones.

   Sucede que el espejo contiene una delgada película de plata metálica (antiguamente era mercurio y estaño) y éstas sustancias son excelentes conductores de la electricidad. Cuando la corriente eléctrica del rayo atraviesa la plata del espejo (que es lo que refleja las imágenes) dicho metal se funde instantáneamente y se calienta a muy alta temperatura; este gran calor es lo que hace romper el vidrio en miles de pedazos y lo proyecta en todas direcciones. Por ese motivo existía la sana costumbre —que aún se converva mucho en el campo— de cubrir los espejos con un paño grueso durante una tormenta eléctrica, para evitar que los pedazos de vidrio puedan herir a quienes estuvieren en la habitación donde se halla el espejo, en caso de caer un rayo en la casa. Esa costumbre viene de Franklin, el cual recomienda en uno de sus libros cubrir los espejos si amenaza tempestad. Y esto se pasó de boca en boca a través de los años y ahora es una costumbre muy practicada en el campo.

    Esto es válido para los lugares descampados, porque en una ciudad, los edificios y casas están protegidos por pararrayos.

   Una superficie metálica como es un espejo, u objetos metálicos como son joyas, palos de golf o armas de fuego, no está probado que ejerzan atracción sobre el rayo, pero en caso de caer uno, aumentaría muchísmo la conductibilidad de la electricidad hacia la persona que toma el objeto metálico, lo cual aumentaría considerablemente el peligro por hacer más intensa la descarga eléctrica.

    Por ejemplo, si en una casa cae un rayo, el cual puede bajar por la chimenea o por la antena de televisión, y en el camino que sigue el mismo hay un espejo, es muy probable que el rayo atraviese la plata del espejo, ya que como sabemos el rayo elige siempre el camino de menor resistencia para descargarse en la tierra, y sabemos que la plata es un excelente conductor de la electricidad y es el metal que mejor la conduce. En este caso, la gran temperatura que se produciría en el plateado del espejo, haría fundir instantáneamente el metal y dicha temperatura romperá el vidrio en miles de esquirlas —lo cual se ha visto varias veces— las cuales serán lanzadas en todas direcciones, siendo como es natural muy peligroso para cualquier persona que en ese momento se hallare en la habitación donde está el espejo. Y aunque dicha persona no sea alcanzada por el rayo, las esquirlas lanzadas en todas direcciones le producirán graves heridas en casi todo el cuerpo y especialmente en el rostro. Por ese motivo algunos cubren los espejos con un paño cuando se avecina una tempestad.

    Y aunque la plata del espejo no esté conectada a la tierra, eso no es impedimento para que el rayo pueda escoger dicho metal como parte de su trayectoria en su descarga a tierra, en el caso de estar el espejo entre un conductor ubicado cerca del techo (como un cable de TV o de electricidad) y otro conductor cerca del suelo conectado a la tierra, como una estufa, un radiador o una tubería de agua. El rayo, para cortar camino, es casi seguro que atravesará el plateado del espejo antes de llegar a la estufa o tubería de agua, con los peligros consiguientes.

    Cuando se avecina una tormenta eléctrica y se está en descampado, se recomienda no acercarse a cercas de alambre, tendidos eléctricos, molinos de viento, no llevar encima nada que sea de metal, no refugiarse debajo de un árbol y no acercarse a ríos, lagunas o pantanos, pues el agua también aumenta mucho la conductibilidad de las descargas a tierra.

Fuente: Por A. E. S.

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