Hay al menos 10 alimentos que no se deben congelar bajo ningún concepto, tanto para preservar su sabor y propiedades organolépticas, como por el bien de nuestra salud. Aquí te dejamos una breve guía.
El congelador es ciertamente un aliado importante en la cocina, pero es importante tener en cuenta que hay alimentos que no deben congelarse. Conocer cuales son, sin duda puede evitar que nos carguemos sus propiedades y proteger así nuestra salud. Aquí tienes cuales son estos alimentos.
1. Leche y productos lácteos
No es recomendable congelar leche, nata y quesos blandos. Estos alimentos deben consumirse categóricamente frescos, también porque el proceso de congelación resultaría en la adquisición de una consistencia granulosa, muy poco atractiva. En cambio, en el caso de los quesos duros pueden congelarse, envueltos en papel film, y no más de seis meses.
2. Huevos
Los huevos también forman parte de esos alimentos que se deben comer frescos, lo cual los hace inadecuados para el congelado, pero también hay otra razón. Los huevos son ricos en líquido y tienen una cáscara semirrígida: al congelarse existe el riesgo de que se rompan o exploten aún con más facilidad.
3. Los fritos
Los fritos si no se consumen recién hechos tienden a tener una consistencia blanda. Y es probable que esto empeore si la comida se congela después de prepararla, por no hablar de la significativa pérdida de sabor y propiedades.
4. Salchichas
La carne procesada y las salchichas no deben congelarse, de hecho, en el congelador podrían perder sabor y consistencia. Es mucho mejor mantenerlos al vacío en el frigorífico para mantener intactas sus propiedades.
5. Pescado
El pescado, en realidad, puede congelarse, ¡pero solo si está super fresco! Ya que, en algunos casos, nos arriesgamos a congelar no solo el pescado, sino también las múltiples bacterias que se depositan en él, las cuales, gracias al frío, permanecerían latentes y terminarían en nuestro plato.
6. Frutas y verduras
El proceso de congelación implica la formación de cristales de hielo relativamente grandes dentro de los alimentos. Esto causa daños en las estructuras internas de los alimentos, especialmente los que son ricos en agua, como es el caso de frutas y verduras.
7. Salsas
Las salsas tienden a ser alimentos bastante delicados, especialmente si son a base de huevos. En principio es mejor evitar la congelación, de hecho, sus propiedades, aunque no se vieran dañadas, seguro se verían alteradas.
8. Hierbas aromáticas
Las hierbas aromáticas sufren, obviamente, las mismas alteraciones de frutas y verduras con una desventaja adicional: la pérdida del aroma. El congelador altera sus propiedades, lo que hace que su capacidad para aromatizar los platos sea decididamente inferior.
9. Pasta y arroz
La congelación deteriora el sabor y la consistencia de la pasta y el arroz. Los principales afectados son aquellos platos preparados con pasta fresca, que deberían consumirse justo después de la cocción.
10. Alimentos ya congelados
El principio detrás de esto es el mismo que el del pescado no fresco. Los alimentos descongelados pueden estar expuestos al ataque de bacterias, que, una vez que se vuelven a congelar, no desaparecen, permaneciendo simplemente en un estado «latente», lo cual deteriora los alimentos en los que se depositan.
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