La mayoría de nosotros conocemos muchos de los usos de la miel de abeja. Este ingrediente natural ha hecho parte de la medicina alternativa desde la antigüedad. De hecho, debido a las evidencias sobre sus propiedades, es uno de los pocos remedios naturales aceptados en la comunidad médica.
Por supuesto, no es un tratamiento de primera línea y tampoco supone un sustituto para los medicamentos convencionales. Sin embargo, en muchos casos, es un buen coadyuvante para controlar síntomas o contribuir a mejorar el proceso de recuperación. ¿Quieres saber más al respecto?.
Elegir bien la miel
No todas las mieles son iguales. Hoy en día podemos encontrar muchas variedades y diferentes calidades en cualquier supermercado, algunas a precios muy bajos.
No obstante, para que conserve todas sus propiedades medicinales debemos elegir una miel cruda que no haya sido sometida a altas temperaturas, lo cual se confirma si la miel está solidificada o cristalizada.
En casa nosotros mismos la podemos poner al baño María para que se vuelva líquida. También debe ser una miel de la máxima calidad posible, natural o ecológica, para asegurarnos de que no se le hayan añadido sustancias químicas para conservarla.
1. Cicatrizar heridas
Uno de los usos más extendidos de la miel de abejas es como tratamiento tópico para las quemaduras y heridas. Su aplicación constante mejora el aspecto de la piel y evita que se den infecciones.
Incluso, la miel puede ayudar al tratamiento de las úlceras del pie diabético, solamente tienes que dejar que la miel se seque sobre la herida e ir repitiendo la aplicación hasta que mejore.
2. Mascarilla para el cutis
La miel de abeja puede actuar como un ingrediente natural para mantener la hidratación natural de la piel. A diferencia de los aceites, evita que el cutis se seque sin aportarle una textura grasa, lo cual la convierte en el componente perfecto para una mascarilla adecuada para todo tipo de pieles: secas, mixtas y grasas.
6. Una buena digestión
La miel de abeja es un remedio medicinal para tratar múltiples problemas digestivos como la acidez o las úlceras gástricas. Actúa regulando la secreción de los jugos gástricos, a la vez que ejerce sus propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes sobre toda la mucosa digestiva.
7. Usos de la miel: para dormir mejor
¿Problemas de nerviosismo o insomnio? La miel también puede ayudarte con esto. Además de ser rica en vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales, contiene azúcares que aumentan los niveles de insulina de manera natural y producen serotonina.
Esta hormona está relacionada con nuestro estado de ánimo y nos produce una sensación de relajación. Un estudio publicado en Clinical Nutrition ESPEN concluyó que la mezcla de leche y miel mejora el estado de sueño.
Podemos tomarnos, cada noche, una infusión relajante o un vaso de leche con una cucharadita de miel.
En definitiva
Podemos utilizar la miel como complemento de varios tratamientos. Sin embargo, debemos moderar su ingesta y usarla solo cuando sea necesario. Además, por ningún motivo debe remplazar el tratamiento médico.
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